El posicionamiento a partir de los sentimientos como punto de partida en la estrategia de comunicación se conoce como Branding emocional, y a diferencia con el branding corporativo, este busca crear una identidad propia a partir de la realización emocional por parte del consumidor y no desde la satisfacción material.
Aunque el branding corporativo y el branding emocional busca llegar al mismo resultado, que es encontrarse en el top-of-mind del consumidor, la forma de hacerlo es diferente. Mientras el branding corporativo centra su estrategia en la comunicación del producto hacia el consumidor, el emocional pone en el centro a la persona y hace llegar su estrategia a partir de la experiencia, y entre sus objetivos principales se encuentra el generar confianza. Por otro lado, el branding emocional crea una personalidad para la marca y no una identidad como lo hace el corporativo, lo que hace más fácil tanto para la empresa como para los clientes poder comenzar un dialogo en vez de una comunicación de un solo sentido.
Hace unos años, lo habitual era que la mayoría de marcas ya fuesen B2B, B2B2C o B2C desarrollasen una estrategia de branding corporativo, dejando el emocional solo para aquellas empresas que tuvieran un Budget muy grande en marketing, ya que su implementación implicaba más tiempo trabajo y dinero, además que sus resultados se daban a largo plazo. Hoy en día, gracias a la tecnología y los cambios en el mercado, es raro no encontrar una empresa que no haya dado el paso a la estrategia emocional.
El branding emocional es una estrategia que basa su éxito en generar una relación personal con el cliente, por lo que la personalización de los mensajes es esencial para que esta relación se mantenga a través del tiempo y garantice a la marca la intención de compra por parte del cliente durante mucho tiempo.
Un ejemplo de lo que puede llegar a ser el resultado de una implementación exitosa de esta estrategia es el caso de Kart Whinnery, quien sufrió una colisión lateral conduciendo su coche marca Volkswagen, lo que generó que el airbag se activara y le dejara la marca del logo del coche en el brazo. Tras percatarse de la definición de la marca, publicó una foto en Instagram y se hizo tan popular que fue contactado por medios locales, en donde afirmaba que se lo había tomado de una forma muy natural, ya que todos sus coches habían sido de esta marca, y si a alguien podía pasarle eso, seria a él. Durante sus declaraciones afirmó que muy probablemente su próximo coche también fuese de la marca Volkswagen.
Económicamente el implementar una estrategia de branding emocional también es muy rentable, ya que conseguir un nuevo cliente cuesta entre 5 y 6 veces más que el mantener a uno que ya se tiene. Por ello, el crear lazos fuertes entre la marca y el cliente hará que este se incline a repetir su compra incluso cuando algunos aspectos del producto estén peor valorados que los de la competencia.